Crónica

Una traumática historia en medio de trámites y largas esperas

Por Angie Rosero Ojeda 


El tráfico de influencias en este país es algo que se ve hasta en los “mínimos” detalles, que llegan a convertirse en macros cuando se vuelven una costumbre y tradición, condicionando que a talsito se le trate bien porque es amigo, compadre, cuñado, primo o hermano, de perensejito.
En esta ocasión, queridos lectores, les escribiré en primera persona, debido a que fui yo la víctima, en esta ocasión, de esta mala manía, y además porque sé que también a ustedes les ha pasado en más de una oportunidad.

Imagino que muchos de los colombianos se sienten inconformes con el manejo y la gestión del proceso nuevo de expedición de pasaportes, el cual en el pasado, a pesar de no ser perfecto, sí era eficaz, cuestión que actualmente es inexistente. 

¿Qué sucedió?, me pregunté. Debía renovar mi pasaporte porque ya había cumplido mi mayoría de edad y casi no me dejan ingresar a Venezuela debido a ello. 

El 7 de enero regresé del vecino país con la preocupación y el objetivo de diligenciar un nuevo pasaporte, porque a causa de un viaje universitario lo necesitaba renovar de inmediato. Me encuentro con la sorpresa de que el procedimiento es distinto y debido a ello debo apartar cita para después de marzo porque a las personas que estaban atendiendo eran las que habían apartado cita desde septiembre. Quedé plop. Sí, así como condorito.

No concebía la idea de que este documento, que es casi como tu cédula en el exterior, tuviese que ser tramitada de dicha manera, tan tediosa y complicada. Me puse a la tarea de averiguar su casusa. 
Intenté hablar o si quiera entrar a la Oficina de Pasaporte de la Gobernación de La Guajira pero fue literalmente imposible. La puerta siempre permaneció con un letrero de “cerrado”, incluso en horario laboral, muchas personas afuera –esperando muy probablemente lo mismo que yo-, y ningún interés de los funcionarios por saber qué nos sucedía.

Por lo anterior, averigüé por otros medios, el internet, y entendí que debido a que la Organización de Aviación Civil Internacional (Oaci) instó a sus 190 países miembros a expedir el Pasaporte de Lectura Mecánica, es que hay tantas personas expidiendo nuevo pasaporte, a razón de que solo hasta el 24 de noviembre del 2015 será posible viajar con el pasaporte convencional.

Aparte de que para evitar el robo del documento la Oaci recomendó centralizar la producción de pasaportes, por lo que todos los que son nuevos se ejecutan en Bogotá. Pero, ¿por qué no existió nunca alguien que en la Oficina de pasaportes me diera esa explicación o que siquiera saliera de dicha oficina? En los tres días que estuve añorando la atención de alguien solo escuché una frase: “Venga el viernes, es el día de atención al público”. Efectivamente llegó el viernes y con él, llegué yo, a las 7:30am, a la entrada de la gobernación a esperar mi turno.

Ya completábamos las 40 personas a las 8:00am, todas con una historia diferente, muchos tratando de ser escuchados desde hacía más de 15 días. Corrían los minutos y el celador no nos permitía el ingreso. Le pedimos que nos explicara sus razones, que por favor nos dejara pasar. ¿Y cuál fue su respuesta? Que ese día no se atendería al público, porque se generó una reunión de última hora con migración. 

Indignación y desenfreno fue lo que generó esa noticia. ¿Cuánto tiempo más nos  tocaría esperar? Astergio Indalecio Pinto, Asesor del Ministerio de Cultura en la  Dirección de Arte y Cultura y Coordinador Académico de la Dirección de Bienestar Universitario-Área de Cultura de la Universidad Nacional, también era una de esas personas que esperamos hacía casi una hora para que nos permitieran el paso, quién también se llenó de ira y prometió denunciar los malos tratos e irresponsabilidades antes las entidades correspondientes en Bogotá.

Él estaba ahí debido a que por razones confusas no le permitieron cruzar la frontera con Venezuela y llevaba una semana esperando poder tener una conversación con alguien que le pudiera dar una respuesta y solución a su caso. 

Decidimos entonces conformar una comisión especial de dialogo entre las 40 personas, salimos 4 individuos a dar la cara por todos lo que ese día nos encontrábamos allí, entre esos Pinto y mi persona. Pasamos por las oficinas del Secretario de Gobierno, el Secretario Privado del Gobernador y lamentablemente no encontramos respuesta ni solución a nuestra necesidad de ser atendidos por un ente gubernamental e institucional. 

Estuvimos desde las 7:30am, hasta las 10:45am esperando poder hablar con algún funcionario competente en esa área, nadie apareció. Sentimos entonces la necesidad de dejar un precedente que expusiera nuestro caso y también el de muchos ciudadanos que se ven afectados porque se desplazan de los diferentes municipios y ciudades aledañas hasta esta dependencia.

A las 2:00pm regresamos para dejar un derecho de petición en la oficina correspondiente, nos encontramos con la sorpresa de que aquella puerta, que permanece con el letrero de “cerrado”, a la cual solo puedes entrar si llamas a alguien, alguna palanca, algún conocido para que te abra, estaba accesible. No porque dijera “abierto”, sino porque cómo ya la mayoría de personas habían desertado de ir a hablar, entonces si tocabas te permitían el paso. Esa tarde logré hablar con Noralith Barliza, la encargada de la Oficina de Pasaportes, a quien tras explicarle mi caso, de asunto académico y urgente, me dio una cita para dentro de los 15 días próximos, un jueves en el cual me tocaría viajar debido a que ya había ingresado a la universidad. 

A los siguientes 15 días regresé, me ausenté de clases para poder realizar mi trámite, admito que tras varios días intentando ser escuchada, salí de esa oficina muy complacida de por fin tener esperanza de solucionar mi situación, sin embargo, al presentarme a las 8:00am de dicho jueves me encuentro con que viajé en vano. La maquina que expide los pasaportes estaba dañada hacía varios días por lo cual no estaban atendiendo, eso decían. 

Regresé a mi casa, impotente. Sentía que tantos días esperando, que tanto desgaste físico, tanta mala atención recibida por el pésimo servicio al cliente que posee dicha oficina, había sido para nada. 
Perseveré, regresé al día siguiente, la maquina se había arreglado. Luego de esperar toda la mañana, en medio del tumulto de personas,  poder cruzar la puerta imposible, me dijeron que regresara a las 2:00pm que fijo me atendía. Efectivamente, poco antes de la hora acordada llegué, y con sigilo, casi a manera detectivesca me pasaron a la oficina, junto con 2 personas más. Aún no entiendo porqué razón el funcionario que nos hizo seguir, miró dos veces a lado y lado e hizo una seña con los dedos indicando que ingresáramos, ¿qué necesidad tenía de ello?, este es un gobierno de puertas abiertas, eso dicen.

Aquella tarde vi la luz al final del túnel, casi un mes después de mi primera visita a dicha dependencia por fin sería atendida. Confirmaron mis datos, me tomaron una foto en la que salí horrorosa –digna foto de pasaporte-, digitalizaron mi firma y las huellas de ambos dedos índices de la mano un par de veces, eso era todo. La semana siguiente debía ir a recoger mi documento.

Regresé a mi universidad y nuevamente llegó el jueves, volví a Riohacha Venía exclusivamente a buscar mi pasaporte. “Llegue entre las 4:30 y las 5:30pm, a esa hora se entregan los pasaportes”, recordé que me recalcaron la semana anterior. Salí a las 3:45pm de mi casa, arribé pronto a la gobernación, no me permitieron ingresar, eran las 3:55. 

El Vicepresidente había llegado a la ciudad y debido a ello no me permitirían seguir, “protocolos de seguridad”, explicó el celador de turno.  Expresé: “Y es que acaso creen que voy a matar al Vicepresidente o qué, yo solo quiero mi pasaporte”.  Comenzaba a amontonarse la gente. En la puerta había un letrero que informaba que a partir de las 4:00pm no se permitiría el paso de nadie.

Vi en varias ocasiones que personas que se enteraban de dicho aviso, sacaban su celular realizaban una llamada y el celador sencillamente los dejaba pasar, iban directo a la Oficina de Pasaportes. Indignación colectiva nuevamente. ¿Por qué razón deben manejarse las cosas de esa manera, soy menos que Talsito o Perensejito? Corría el tiempo. Ya eran casi las 6:00pm, al parecer me dejaron ingresar por perseverante, muchas personas se cansaron de esperar poder entrar, entonces a los pocos que quedamos nos dejaron seguir.

 La puerta por fin decía “abierto” y aún más extraño, estaba abierta. Claro, si es que desde la entrada de la gobernación nos decían un “cerrado” verbal y directo, qué importancia tenía que adentro lo contradijera si nadie lo iba a ver. Nos hicieron pasar con especial sigilo. “Que nadie los vea en el pasillo”, afirmó un hombre. 

Cuando entré nuevamente verificaron los datos, rectificaron mi huella, me entregaron mi nuevo pasaporte de lectura mecánica, con vigencia de 10 años, con sus datos correctos. ¿Se imaginan cómo me sentí por fin? No podía creer todo el tiempo que había tenido que perder para obtener ese bendito pasaporte, y además lo caro que me había salido, porque no fueron solo los $145.000 que me cobraron, sino también, los pasajes, la gastadera en viajes y comida, el tiempo que me tocó perder en medio de filas de lujo, por no conocer a alguien de “la rosca”. 

Era imposible no pensar en todas las personas que al igual que yo solo le faltaron cinco días para cumplir el mes de estar haciendo esa vuelta, o incluso ya habían sobrepasado dicho tiempo, en lo traumático y degradante que resulta que traten al usuario como lo hicieron conmigo, con tiradas de puerta, negativas constantes y malas atenciones por parte del personal. 

También era imposible no pensar en que si no fuese una dependencia del estado, ya hubiese quebrado como empresa privada, debido a la ineficacia de sus procesos, al mal manejo del personal y el pésimo servicio al cliente, en este caso el ciudadano, los hubiesen llevado a la quiebra.


El tráfico de influencia es en este país un problema viral, que ya consideramos normal, común, corriente. Sin embargo, hay que entender que nosotros mismos lo hemos permitido, porque el día que todos nos revolucionemos en contra de ello, de seguro se acaba.




Siete décadas, sinónimo de sabiduría


 Porque no todos los día te encuentras de frente con la experiencia
Jose Antonio Lugo
Cantante de la Billo's Caracas Boys 

Eran las 11 de la noche del 13 de mayo, la pianista de la Charanga Junior Jennifer Saavedra llego a la habitación con cara de espanto. Con mis ojos entreabiertos intenté preguntarle qué ocurría pero no pude, el cansancio ya me había poseído.
Aldía siguiente Jenny nos dijo que vio a la orquesta Billo’s Caracas Boys y habíaquedado anonadada, pues jamás espero encontrárselos ya casi al final de nuestroviaje, el cual tenía como único fin presentarnos en la Feria Internacional Del Libro en Bogotá.
Todossin excepción bajamos a desayunar al restaurante del “Hotel El Campín”, lugardonde nos hospedábamos. El mesero coloco un desayuno americano en la mesa einicié a comer, dos segundos más tardes algunas personas de la Charanga voltearony sonrieron, yo ni me inmuté y seguí comiendo.
Alterminar mi desayuno me di cuenta de que el asombro de muchos de losintegrantes de La Charanga era justificado, pues no todos los día tienes a tusespaldas a toda la Billo’s desayunando huevos con tocino, pan con mermelada,jugo de papaya y café.
Casique de manera inmediata subí a la habitación a buscar la cámara fotográfica, mele acerque a José Antonio Lugo quien casualmente al preguntarle que qué tocabaen la orquesta me dijo que era el cantante, “Oh colega mío”, respondí eufóricamente,“un día de estos habrá entonces que hacer un dúo, ¿me regala una foto?”, y asícomenzó el final de uno de los viajes más ajetreados de la historia de laCharanga Junior.

¿Quién es la Billo's Caracas Boys?
La Billo's Caracas Boys

Esbien sabido por muchos que evidentemente la Billo’s Caracas Boys es unaorquesta venezolana, sin embargo no es igual de conocido que esta mismaorquesta tiene ya 72 años de estar en pie, luego de la disolución de la Billo’sHappy Boys. Además de que tras numerables contratiempos de salud sufridos porBillo Frómeta, su fundador, hubo varios inconvenientes  para organizar la orquesta y debutar luego enel Roof Garden, para declarar así un nuevo comienzo.
Ytampoco es que todo mundo sepa que ese día se da inicio a lo que conocemos hoycomo la trayectoria más larga y completa que alguna orquesta haya desarrolladoen el mundo. He ahí entonces la admiración y asombro al ver que esta orquesta reconocidainternacionalmente esté conformada por personas tan sociables y sencillas, y nopor hombres egocéntricos y déspotas como suele suceder actualmente en el mundodel espectáculo.
Alacercarme a ellos encontré personas que sin duda guardan una sencillez innataque los vuelve artistas íntegros.
“Porel simple hecho de ser integrantes de la orquesta, no significa quemenospreciemos el talento de otros, siempre somos el misma gente el mismopueblo humilde. La humildad siempre es característica en todos, nosotros noscompaginamos con todo, si tenemos que ir a comernos una arepa vamos, o sea nohay ningún tipo de discriminación, en la orquesta Billo’s todos somos pueblo,somos gente como cualquier otro tipo de personas”, así lo dijo José AntonioLugo.
Yes que al encontrarse en el mismo hotel una orquesta de salsa, novata, como loes La Charanga Junior, y al saber cuán importante es para la historia denuestra música Caribe la orquesta Billo’s, no queda más nada que conversar conellos y tratar de aprender de su extensa experiencia.
Al decirles que no solo soy periodista, sino también cantante
La Charanga Junior en la
 Feria Internacional del Libro, Bogotá
“¿Quiense espera encontrarse en su mismo hotel a una de las orquestas más importantesdel mundo?, nadie. Eso fue lo que me paso a mí, por eso no puedo perder laoportunidad de charlar con ustedes y saber un poco más de su vida artística,porque yo no solo soy cantante de la Charanga, también soy periodista”, ese fuemi abrebocas, para romper el hielo e iniciar la que sería la entrevista másimprovisada de toda mi vida.
Esanoche la Billo’s se presentaría en unas bodas de oro que se relazarían en elMetropólitan de Bogotá.
Lespregunté como veían la problemática social de que los nuevos géneros como elvallenato y el reggaetón están desplazando a los ritmos tropicales y que hoylos jóvenes ya no ven la salsa o el son como su ritmo preferencial, y muyapoderados de su papel como representantes de la música Caribe sentenciaron queese no es un problema, al fin y al cabo tienen público de todo tipo, desdejóvenes hasta adultos y ancianos. Además están seguros de que no han sidodesplazados, puesto que con 72 años de historia es muy difícil que un cantantede reggaetón que podrá tener máximo unos 4 o 5 años en esta industria les puedaquitar el rating.
Yes que entre charla y charla, llegamos a esa etapa de la conversación en la quese comienzan a contar las anécdotas de todos y entre esas tantas experienciasme contaron “que la primera vez que vinieron a Bogotá fueron a un programatelevisivo y en plena entrevista en vivo José Lugo se resbalo del sofá y casise cae, todo por cuestión de nervios y a los días comenzaron a llegarle alcorreo todos los comentarios y él hasta hoy sigue con una vergüenza infinita,que ya se vuelve más risa que cualquier otra cosa”.

Cuando te subes al escenario 
Sijamás en tu vida has soportado estar de pie frente a un público así sea pararecitar un poema, ¿cómo crees que se siente subir a tarima a cantar, tocar ybailar frente a miles de millones de personas?
Esaes sin duda la pregunta de todos: ¿Cómo lo hacen?
Yes que luego de esas largas siete décadas de música, ya se vuelve complicado elno acostumbrarse a estar frente a las multitudes, es obvio que nunca se dejaráde sentir esa adrenalina que más que provocar equivocaciones atrae el éxito,sin embargo, hay situaciones que siempre son sorpresivas como lo que le sucedióal cantante de la orquesta en una ocasión al subir a debutar.
José Lugo subió al escenario. Las lucesencandilaban sus ojos. El público aplaudía, gritaba de euforia. Él se sentíarealizado. Comenzó la orquesta a sonar. La canción ya había sido grabada y sela sabia de la "A a la Z”. De repente su mente queda en blanco. Intentadisimular bailando al ritmo de la música. El director de la orquesta lo miracon cara de interrogante. Llega el primer interludio de la canción. Ahora ya hapasado el nervio y comienza a cantar.
Nosalían las palabras y era evidente. Tal vez el público no lo notó, o tal vezsí. Lo importante es que solo paso una vez. Lo curioso es que fue en su primerapresentación con la orquesta.
Yasí poco a poco la experiencia habló, dio su punto de vista y nos enseñó que loimportante es crecer y lo maravilloso es tropezarse, para que de cada raspónpor pequeño que sea, se aprendan y se aprehendan con esmero una a una lasenseñanzas que te deja la vida y te vuelven sabio.

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