miércoles, 21 de septiembre de 2011

El Rodadero, más que playa, brisa y mar


Muchos pensarán que al llegar a las playas de El Rodadero, solo encontrarán entretención en con el mar o las discotecas, sin embargo, ahora existe otra buena manera de pasar la noche tranquilamente frente a la luna plateada y la brisa marina.

Hoy los músicos de nuestro Caribe, llegan cada noche a las playas de El Rodadero a interpretar sus notas, caminando y ofreciendo a cada persona sus servicios de serenata a muy buen precio, como otra forma de darle al turista y al local una plácida entretención.
Estos hombres que llegan con sus guitarras y acordeones, interpretando boleros, baladas y vallenatos, se acercan a esta zona, no solo con el fin de dar distracción sino también con el propósito de brindarles un mejor futuro a sus familias, a través de su oficio, la música.
Un vivo ejemplo de esto es el señor Luis Enrique Gutiérrez, nacido en Valledupar y quién, con el sueño de ser músico llegó a las calles de Santa Marta en busca de un mejor porvenir, y hoy se dedica a darle música vallenata a todo el que se lo pida, para luego ofrecerle a sus hijos educación salud, vivienda, vestido, y todo aquello que surja en el camino.
Quién desde pequeño araba la tierra entre chiflidos y cantos, en la finca de su padre llamada “Tres Amaneceres”, hoy es un hombre que trabaja luna a luna para darle una vida digna a Graciela, el amor de toda su vida y sus cuatro hijos, ese mismo hombre que ahora nos cuenta que “a pesar de ser este un trabajo como todos los informales, siempre lleno de desventajas e inestabilidades, nunca sería capaz de dejarlo, porque además de darle el sustento diario, es su gran pasión”.
Él se define como representante de una cultura, la cultura vallenata, y como no hacerlo si lleva 35 años en el oficio, desde los 10 años tocando el acordeón. Nunca se atrevió a participar en el Festival Vallenato que se realiza anualmente en el Cesar, porque opina que en este “hay muchos manejos que no comparte”.
Este personaje que elogia principalmente a su padre, que fue su mentor y de quien heredó el talento, siempre ha pensado que “con lo que se nace, eso nadie lo quita” y por eso admiró tanto a artistas como: Luis Enrique Martínez, Alejo Durán, Juancho Polo Valencia, Juancho Roiz, destacando de ellos esa parte original, innata, creativa, natural y empírica que los hacía sobresalir ante la sociedad.
El segundo de tres hermanos, es un orgulloso de su dinastía, todos apasionados por la música, uno de ellos también acordeonero y el otro cantante y percusionista.
Kike, como lo llaman cariñosamente sus amigos, se dio a conocer en Santa Marta en unas Fiestas del Mar, cuando pasando por el parque Simón Bolívar se encontró con unos cubanos que solicitaron sus servicios, esa noche el público no solo fueron los extranjeros. Muchas personas que pasaban por la zona se quedaban escuchando y pedían se número de teléfono, para futuras parrandas o serenatas. Así comenzó todo.
A pesar de ser este un oficio muy fluctuante, Luis Enrique y su agrupación, “Kike Vallenato” cobran por hora $160.000 en temporada turística en El Rodadero, cantidad que se reparte entre nos integrantes del grupo de manera equitativa.
Su escenario siempre es el mismo, debajo de un cielo estrellado, una luna expectante, sobre la arena ya no tan caliente, frente a la inmensidad del mar y deleitando tal vez una pareja que esté de luna de miel, o un grupo de amigos que se fueron de parranda, o a una familia que quiso cambiar de ambiente, sin embargo sea como sea, el objetivo siempre será el mismo, complacer a su público y trabajar por un mejor mañana.