Qué sería lo que pasaría si todos los periodistas de Colombia se desnudaran en Soho, uno a uno, mostrándolo todo, diciendo sus fantasías sexuales, expresando públicamente cualquier extrañeza que tuviese en su cabeza, explicando paso a paso su proceso al quitarse la ropa y, luego, la vida se nos acabe porque sencillamente “el que pierde su pudor, pierde credibilidad”.
Pensaría en yo, que en realidad es absurdo imaginar que el revelar tu cuerpo a miles de espectadores, fuese un evento que te marcaría como un mal profesional, un mal periodista. Que estúpido suena. Y que puedo decir, no estoy de acuerdo. Qué tiene que ver el hecho de que alguien haga un desnudo artístico y que sea periodista, si cada quien es libre de hacer lo que le place consigo mismo.
Personalmente, y en estos momentos de mi vida sería incapaz de hacer algo parecido a lo de las chicas de La W, no me imagino posando de esa manera ante una cámara y mucho menos sabiendo que eso será publicado, tal vez, la semana siguiente. Yo no lo haría, no soy capaz. Pero dado el caso que lo hiciese, tal acto sería un determinante que me tachará como una periodista que no se siente arrojada y valiente y que, por medio de dichas fotos busca aquello que se le ha perdido en el camino. Grave error.
Y es que, el que tiene rabo de paja, que no se acerque a la candela. ¿Por qué te quieres quemar, María Jimena Duzán? Te recomendaría escuchar a Daniel Samper Ospina, a poco despiertas y te das cuenta de que no solo las actrices y las periodistas de farándula son las que tienen el máximo derecho de hacer lo que quieran con sus cuerpos y que en realidad ellas no necesitan exponer sus carnes porque eso sea lo que vende, señalándolas como periodistas no serias -qué mal que las desmerites de esa manera-.
¿Por que perderían la seriedad estas periodistas por el hecho de desnudarse? Sí, es cierto, el morbo vende, y el morbo ya está despierto y seguirá latente aún más ahora que nuestras colegas de La W mostraron todo lo que tienen ante un país entero.
Te abono que pienses que no es necesario empelotarse para mejorar nuestra carrera. Es cierto, yo lo pienso así, y tampoco aspiro a empelotarme cuando me gradúe y quiera hacerme notar en este mundo tan competitivo, eso es real, nadie lo puede negar. Pero quién soy yo para juzgar y aun más quién eres tú.
